Gracias, Mr. Jobs

Esta belleza de fotografía me la ha enseñado mi amigo Marcelino.


Se va otro grande. Se va uno que nos cambió la vida, aunque algunos y algunas aún no sepamos si mucho, si poco o si regular. Lo que sí sabemos es que se va otro genio, como se fueron antes Enrique Morente, Luis García Berlanga, Gary Moore o Amy Winehouse.

Decía ayer que hay gente que no debería morirse nunca, aunque solo fuera para compensar a tanto mediocre, a tanto ruin y a tanto cretino. Steve Jobs era una de esas personas.

A veces me da por jugar, cuando estoy yo sola, a "qué hubiera pasado si no".

¿Qué hubiera pasado si no hubiera comprado aquellos tres discos de la Verve?

¿Qué hubiera pasado si no hubiera continuado aquel primer beso del Hombre?
¿Qué hubiera pasado si la madre de Charlie Parker no se hubiera empeñado en cambiarle la tuba por un saxo alto?
¿Qué hubiera pasado si a Billie Holiday no la hubiera descubierto John Hammond?

Y hoy, como no podía ser de otro modo, me pregunto qué hubiera pasado si Steve Jobs no hubiera sido amigo de Steve Wozniak y no hubieran jugado en un garaje.

Steve Jobs, como Louis Armstrong, como Duke Ellington y como Billy Wilder, solo me ha dado buenos momentos. Me dio un iPod con el que escuchar la voz de Aretha Franklin y fue mucho más que un reproductor de música (ojo, de música, que es lo que me hace feliz y me enseña cada día). Me dio un iPhone con el que pude sentirme en el futuro (y también, aunque parezca una frivolidad, me hizo conocer personas e historias maravillosas). Me dio también un iPad, que aún estoy conociendo y descubriendo, pero de momento me ayuda a ver al Hombre —ahora que está lejos— cada noche un ratito antes de dormirme. También me dio unas risas infantiles, cuando ya no quería ser niña, con Toy Story y unas veladas maravillosas, sola o acompañada, con A Bugs Life, Monsters, Inc o WALL-E. Esta última hasta me hizo llorar. Qué cosas tenía y conseguía Steve Jobs. Y no sé si fue un visionario, si cambió el mundo o si solo fue una pieza más en el engranaje. En cualquier caso, a mí, personalmente, solo me dio momentos buenos.

Hoy, desde este rincón del mundo, solo un gracias, un hasta luego y un descanse en paz, Mr. Jobs.

Esta canción, esta escena, hoy es solo para usted.


Comentarios

Pierrot Seraphita ha dicho que…
Me ha encantado la entrada, Olvido.

Me veo tan reflejado en ella, tan agradecido a los progresos que Jobs a implantado en este loco mundo...

Como dices, puede que fuera solo parte del engranaje. Pero también puede que no.

Besos.

Javier
Olvido ha dicho que…
Pierrot Seraphita, fíjate que yo llegué a ti a través de un iPhone. ¿Ves? Solo cosas buenas
Irene ha dicho que…
Me ha emocionado mucho tu entrada. Cuantas cosas nos ha traido Jobs. Gracias a él y aunque pueda sonar raro me uní más a mi padre, dos locos maqueros y un tanto frikis. y también puedo hablar contigo ;)
Olvido A. ha dicho que…
Irene, una parte de mí se plantea cosas como la adoración del capitalismo a través de la adoración de un empresario. También la exclusividad de Apple, el clasismo, si quieres. El capitalismo que no está muerto aunque nos joda...

Pero otra parte de mí tiene el ojo derecho puesto sobre el iPad y el izquierdo sobre el iPhone. Quizá es la parte más infantil de mí, pero ¿qué quieres que te diga? Me gusta mi iPad, me gusta mi iPhone y me gusta mi iPod. Y cuando termine la tesis y me regale mi primer MacBook, ni te cuento cómo voy a estar. Como una niña con zapatos rosas de charol nuevos.

Y, además, como decía en el post, a mí el mundo Apple solo me ha traído cosas buenas. Coincidir contigo, es una de ellas. Un beso, principessa
Irene ha dicho que…
pues que viva Mr Jobs!
En casa tenemos, Javier y yo, tantas cosas de Apple que casi podriamos poner un Reseler!
Campurriana ha dicho que…
Olvido, me gusta tu blog. Vengo desde el de María. Te enlazo a mi saloncito.

Entradas populares de este blog

365 días

Un poema

Johnny Staccato