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Mostrando entradas de julio, 2008

Necesitando esa gota de cerveza...

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Tengo una compañera de trabajo que se ha hecho budista de medio pelo. En realidad, sólo es budista cuando un/a cabrón/a con pintas le hace alguna judiada (nota: ¡joder con las connotaciones del lenguaje!). Entonces, en lugar de mentarle a la madre que le parió (y hacerse ella mala sangre como acción colateral), le dice, desde su lejanía, "te perdono porque soy budista". Es otra forma de decir "eres imbécil como definición, que no como insulto, y te voy a perdonar porque ya bastante tienes con lo que tienes". Almond me recordó el otro día, en un comentario inocente, tres días en los que me hice mucha mala sangre a mí misma. No quiero seguir hurgándome en la herida, porque ya no me queda saliva con la que curarla. Pero ya sabéis, Telentrada, saturación de líneas telefónicas, rellamadas constantes, mi dedo a punto de perder su huella dactilar, más saturación de lineas..., ergo entradas agotadas. Entonces no pude decirle a la señorita que me atendió (¡¡¡TRES DÍAS DESPUÉ

Johnny Staccato

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Mi última obsesión se llama Johnny Staccato , una serie de 27 episodios realizados entre 1959 y 1960. Gracias a (o por culpa de) Abdessamed Sahali, y más concretamente a su libro Series de culto. El otro Hollywood , descubrí que John Cassavetes había protagonizado la serie Johnny Staccato . Así, a priori, tampoco parece nada del otro mundo. Otra serie más. Será por series... El caso es que John Cassavetes estaba arruinado tras el rodaje de Shadows cuando Dick Berg (guionista y compositor) le ofreció interpretar a Johnny Staccato . Se trataba de una serie a medio camino entre la estética de la Nouvelle Vague y la filosofía del cine negro. Eso sí, salpicada (a borbotones) de jazz (de buen jazz). Cassavetes debía interpretar a un pianista de jazz que pasaba las noches tocando en un local de Nueva York y que, para llegar a fin de mes, se pluriempleaba como detective privado en casos relacionados con el show-bussiness. Pero si todos estos argumentos no eran suficientes para que me volviera

Frases célebres II

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Escribía una de las divinidades de mi religión particular (o Hernan Casciari ) hace unos meses en su blog : En Francia o en Inglaterra (que son países que quedan aquí cerca) hay series que las señoras que gotean pis no pueden comprender al completo, pero sin embargo las cadenas de esas regiones las producen y las emiten sin miedo. En España, en cambio, aún nadie se atreve a hacer algo que una vieja no pueda comprender ... Yo habría añadido Estados Unidos, claro. Después de sonreír con el final de la segunda temporada de Dexter , de fantasear con Cuddy y la barra soñada por House , de buscar en imdb noticias sobre la segunda temporada de Californication o de haber entregado mi sueño y mi tiempo libre a la siniestra Glenn Close de Damages ... Después de eso, una se pasea por la programación nacional y se queda sin palabras. Por eso, refugiarse en las palabras de Casciari siempre es, cuanto menos, un placebo confortable.