Johnny Staccato
Mi última obsesión se llama Johnny Staccato, una serie de 27 episodios realizados entre 1959 y 1960.
Gracias a (o por culpa de) Abdessamed Sahali, y más concretamente a su libro Series de culto. El otro Hollywood, descubrí que John Cassavetes había protagonizado la serie Johnny Staccato.
Así, a priori, tampoco parece nada del otro mundo. Otra serie más. Será por series...
El caso es que John Cassavetes estaba arruinado tras el rodaje de Shadows cuando Dick Berg (guionista y compositor) le ofreció interpretar a Johnny Staccato. Se trataba de una serie a medio camino entre la estética de la Nouvelle Vague y la filosofía del cine negro. Eso sí, salpicada (a borbotones) de jazz (de buen jazz).
Cassavetes debía interpretar a un pianista de jazz que pasaba las noches tocando en un local de Nueva York y que, para llegar a fin de mes, se pluriempleaba como detective privado en casos relacionados con el show-bussiness.
Pero si todos estos argumentos no eran suficientes para que me volviera loca de deseo y desesperación, aún encontré tres datos más para alimentar mi locura. El primero, quizá el más cinéfilo, que el propio Cassavetes dirigió unos cuantos episodios de la serie. El segundo, el más relacionado con el amor al jazz, que Elmer Bernstein (El hombre del brazo de oro, Matar a un ruiseñor, Cómo ser John Malkovich, Lejos del cielo...) se encargaba de las partituras. El tercero, el más personal, es que dicen que John Cassavetes se lo pasaba como un enano en las jam de jazz que rodaban para la serie. Es verdad, o eso dicen, que él no sabía tocar un carajo y se refugiaba/escondía en el talento de los demás miembros del grupo televisivo. Sin embargo, siempre he pensado que la única forma de hacer algo bien es pasárselo de puta madre. Esto es aplicable a absolutamente todas las cosas que podemos hacer como seres humanos: trabajar, cocinar, beber, leer, estudiar, follar, salir, ver cine, pensar, tocar... Además, si lo que hacemos tiene alguna relación con un público, se convierte ya en un axioma. Si a mí no me pusiera darles clase a mis gringuitos, explicarles por qué el cine español es como es o por qué la publicidad de este país gana tantos premios, ellos nunca me escribirían mails desde Estados Unidos diciendo "Everyday I miss you more and more" y a mí no se me encogerían las entrañas en una lágrima maternal/femenina.
Así que si Cassavetes se lo pasaba como un titán toqueteando el piano, yo como espectadora voy a saltar en mi sofa gritando ese "jass it up, boys!" que un día inauguró este blog.
El siguiente paso, claro, fue buscar la serie para descargarla/comprarla/verla. Parecía que ni una cosa ni la otra. Algún torrent del primer episodio y nada más. Tras la sensación de fracaso, pasé al Plan B que, como no podía ser de otro modo, pasaba por el templo Amazon. Nada. Una especie de dvd_mix con algunos episodios de varias series. Gran sentimiento de frustración. (Nota: Ana y los siete está editada en dvd).
Tras varios días de google y combinaciones aritméticas variadas, encontré a un tipo que vendía la serie en formato dvd-r desde USA. No hay subtítulos, claro. My english is so horrible but I'm so happy.
Ahora, ya sólo queda lo más agradable del proceso: mirar el buzón cada tarde al volver del trabajo. Seguir buscando en google por si algún alma caritativa decide traducir y colgar los subtítulos de Johnny Staccato en alguna de las muchas páginas destinadas a tal fin. Buscar la manera de subirla a un proveedor de descarga directa en cuanto me llegue, por si a alguien tan nerd como yo le interesa... (sólo tienes que silbar, darling). Y, por último, sentarme delante de la tele, apretar el botón open del mando de mi reproductor de dvd, relajarme dispuesta a disfrutar y, si la cosa lo merece, jadear un poquito.
Pd. Me hubiera gustado poneros un trailer de Johnny Staccato, pero sólo he encontrado una promo de una cadena italiana. Igualmente, seguro que se os cae la baba como a mí.
Gracias a (o por culpa de) Abdessamed Sahali, y más concretamente a su libro Series de culto. El otro Hollywood, descubrí que John Cassavetes había protagonizado la serie Johnny Staccato.
Así, a priori, tampoco parece nada del otro mundo. Otra serie más. Será por series...
El caso es que John Cassavetes estaba arruinado tras el rodaje de Shadows cuando Dick Berg (guionista y compositor) le ofreció interpretar a Johnny Staccato. Se trataba de una serie a medio camino entre la estética de la Nouvelle Vague y la filosofía del cine negro. Eso sí, salpicada (a borbotones) de jazz (de buen jazz).
Cassavetes debía interpretar a un pianista de jazz que pasaba las noches tocando en un local de Nueva York y que, para llegar a fin de mes, se pluriempleaba como detective privado en casos relacionados con el show-bussiness.
Pero si todos estos argumentos no eran suficientes para que me volviera loca de deseo y desesperación, aún encontré tres datos más para alimentar mi locura. El primero, quizá el más cinéfilo, que el propio Cassavetes dirigió unos cuantos episodios de la serie. El segundo, el más relacionado con el amor al jazz, que Elmer Bernstein (El hombre del brazo de oro, Matar a un ruiseñor, Cómo ser John Malkovich, Lejos del cielo...) se encargaba de las partituras. El tercero, el más personal, es que dicen que John Cassavetes se lo pasaba como un enano en las jam de jazz que rodaban para la serie. Es verdad, o eso dicen, que él no sabía tocar un carajo y se refugiaba/escondía en el talento de los demás miembros del grupo televisivo. Sin embargo, siempre he pensado que la única forma de hacer algo bien es pasárselo de puta madre. Esto es aplicable a absolutamente todas las cosas que podemos hacer como seres humanos: trabajar, cocinar, beber, leer, estudiar, follar, salir, ver cine, pensar, tocar... Además, si lo que hacemos tiene alguna relación con un público, se convierte ya en un axioma. Si a mí no me pusiera darles clase a mis gringuitos, explicarles por qué el cine español es como es o por qué la publicidad de este país gana tantos premios, ellos nunca me escribirían mails desde Estados Unidos diciendo "Everyday I miss you more and more" y a mí no se me encogerían las entrañas en una lágrima maternal/femenina.
Así que si Cassavetes se lo pasaba como un titán toqueteando el piano, yo como espectadora voy a saltar en mi sofa gritando ese "jass it up, boys!" que un día inauguró este blog.
El siguiente paso, claro, fue buscar la serie para descargarla/comprarla/verla. Parecía que ni una cosa ni la otra. Algún torrent del primer episodio y nada más. Tras la sensación de fracaso, pasé al Plan B que, como no podía ser de otro modo, pasaba por el templo Amazon. Nada. Una especie de dvd_mix con algunos episodios de varias series. Gran sentimiento de frustración. (Nota: Ana y los siete está editada en dvd).
Tras varios días de google y combinaciones aritméticas variadas, encontré a un tipo que vendía la serie en formato dvd-r desde USA. No hay subtítulos, claro. My english is so horrible but I'm so happy.
Ahora, ya sólo queda lo más agradable del proceso: mirar el buzón cada tarde al volver del trabajo. Seguir buscando en google por si algún alma caritativa decide traducir y colgar los subtítulos de Johnny Staccato en alguna de las muchas páginas destinadas a tal fin. Buscar la manera de subirla a un proveedor de descarga directa en cuanto me llegue, por si a alguien tan nerd como yo le interesa... (sólo tienes que silbar, darling). Y, por último, sentarme delante de la tele, apretar el botón open del mando de mi reproductor de dvd, relajarme dispuesta a disfrutar y, si la cosa lo merece, jadear un poquito.
Pd. Me hubiera gustado poneros un trailer de Johnny Staccato, pero sólo he encontrado una promo de una cadena italiana. Igualmente, seguro que se os cae la baba como a mí.
Comentarios
Para mí Cassavetes es Dios.
Para mí Faces es la mejor película de la historia.
Para mí que tú y yo un día veremos juntos a Johnny staccato.
Besos, my darling, besos.
La verdad es que Johnny Staccato tiene una pinta brutal, esperamos crónicas detalladas en éste tu lienzo electrónico.
Por cierto, tengo un documento Word en el que voy apuntando frases célebres de personajes históricos que me gustan. Que sepas que tu "la única forma de hacer algo bien es pasárselo de puta madre" va a entrar en él.
Besazos como tú sabes,
Rafa
Desde la campiña y tardes grises, abrazos.
No dejes de avisar si consigues compartirla por los mundos de internet, por favor.
Un saludo
Para cuando la crónica de Tom Waits?? calculando poco y mal (soy de letras) ya debes estar recuperada del zarpazo que debió dejar en tu corazoncito. Y aunque a mí "no me ponga" (eres buena y me perdonarás) ganas tengo ya de leer tus impresiones.
Venga. Cuatro rayitas. Como tu sabes... ala.
Suerte.
Pedro Rey