Los True
Los conoces. Seguramente, más de una vez has deseado retorcerle el gaznate a uno de ellos. Toda disciplina artística que se precie de serlo, tiene sus propios “true” (o “puristas”). Es fácil reconocerlos. Están los puristas del flamenco, los del cine (y más aún, los del cine grecochipriota), hay puristas del heavy, del arte abstracto, del cómic, de la literatura… Y también hay puristas del jazz.
Presumen, a priori, de que les gusta un arte, pero sólo saben echar pestes sobre todo lo que se hace, se crea, se edita…
Tienen una expresión juiciosa en la mirada, un talante prepotente con el que te perdonan la vida. Al fin y al cabo, para ellos sólo eres un pobre infeliz que no ha desentrañado la esencia de ese arte.
Hacen cosas tan absurdas como poner en una lista negra ciertas discográficas, ciertas distribuidoras, ciertas editoriales, así, en abstracto. En el jazz, los True odian la Verve. De este modo, da igual que Bird y Dizzy sacaran una obra maestra en esta casa. Por llevar la palabra Verve, ya es una mierda comercial indigna de su tiempo, de su dinero, de sus oídos.
La boca se les llena de azufre y cal cuando un foráneo les dice que ha descubierto el jazz en una emisora “comercial”. A los True no les gusta que ningún mindundi de tres al cuarto entre en su pequeño círculo puro y elitista. Así, inician un combate de preguntas absurdas
Los True dicen que el jazz se acabó en John Coltrane. [Sin comentarios]
Son tan necios como para criticar a Miles Davis por el único delito de la reedición de sus discos en Sony Music.
Miran a Diana Krall con lástima, como si sólo fuera una tontiloca mediocre que juega a tocar el piano.
Piensan que Louis Armstrong no es del todo jazz, o al menos no es un jazz muy “de verdad” [en resumen, son como aquellas personas que sólo consideran flamenco “los gritos desgarrados”, esto es, el cante hondo]
Los True son, de alguna manera, como los lectores de El Mundo. Piensan que están iluminados, que poseen la verdad universal, el santo grial y su misión es compartirla sólo con quien esté a su altura.
En resumen, los True son sólo un enjambre de lesionados cerebrales que ponen a prueba, cada día, la paciencia de los cívicos aficionados. Aunque no siempre es fácil aguantar las ganas de retorcerles el gaznate.
Presumen, a priori, de que les gusta un arte, pero sólo saben echar pestes sobre todo lo que se hace, se crea, se edita…
Tienen una expresión juiciosa en la mirada, un talante prepotente con el que te perdonan la vida. Al fin y al cabo, para ellos sólo eres un pobre infeliz que no ha desentrañado la esencia de ese arte.
Hacen cosas tan absurdas como poner en una lista negra ciertas discográficas, ciertas distribuidoras, ciertas editoriales, así, en abstracto. En el jazz, los True odian la Verve. De este modo, da igual que Bird y Dizzy sacaran una obra maestra en esta casa. Por llevar la palabra Verve, ya es una mierda comercial indigna de su tiempo, de su dinero, de sus oídos.
La boca se les llena de azufre y cal cuando un foráneo les dice que ha descubierto el jazz en una emisora “comercial”. A los True no les gusta que ningún mindundi de tres al cuarto entre en su pequeño círculo puro y elitista. Así, inician un combate de preguntas absurdas
- ¿Pero tú sabes quién era John Coltrane?(Los recién llegados al jazz que leéis estas letras, no os desaniméis, el jazz no es esta legión de borderline)
- ¿Tú sabes quién tocaba la batería en “Kind of Blue”?
- ¿Sabes diferenciar el free jazz del avant garde?
Los True dicen que el jazz se acabó en John Coltrane. [Sin comentarios]
Son tan necios como para criticar a Miles Davis por el único delito de la reedición de sus discos en Sony Music.
Miran a Diana Krall con lástima, como si sólo fuera una tontiloca mediocre que juega a tocar el piano.
Piensan que Louis Armstrong no es del todo jazz, o al menos no es un jazz muy “de verdad” [en resumen, son como aquellas personas que sólo consideran flamenco “los gritos desgarrados”, esto es, el cante hondo]
Los True son, de alguna manera, como los lectores de El Mundo. Piensan que están iluminados, que poseen la verdad universal, el santo grial y su misión es compartirla sólo con quien esté a su altura.
En resumen, los True son sólo un enjambre de lesionados cerebrales que ponen a prueba, cada día, la paciencia de los cívicos aficionados. Aunque no siempre es fácil aguantar las ganas de retorcerles el gaznate.
Escuchando Night and the City, de Charlie Haden & Kenny Barron.
Comentarios
Sin embargo, me gustaría añadir algunas precisiones:
1. Habría que diferenciar los True clásicos de los contemporáneos de corte europeo. Estos últimos son los que piensan que cualquier jazzmen muerto no merece ser escuchado. No hay quien los saque de Franz Koglmann, Dave Douglas, Assif Thasar o Dom Minasi.
(Claro que, cuando les llega el momento de hacer su propia propuesta radiofónica, entonces si que sacan sus viejos discos de Gillespie, Jimmy Giuffre o John Coltrane).
2. Los True se asemejan tanto a los lectores de El Mundo como a los de La Razón, El País o el ABC. Todos los anteriores piensan que están iluminados, que poseen la verdad universal, el santo grial y su misión... etc, etc,...
3. Internet se ha convertido en un habitat ideal para que estos tiparracos, desde el anonimato de la red, escupan su bilis a diestro y siniestro.
En cualquier caso, estimada Olvido, estoy seguro de que este texto es el resultado de haberte topado con algún True estos últimos días. Como decían los personajes de Ibáñez "¡Pelillos a la mar!"
¡Ánimo y a seguir deleitándonos con tus artículos!
Besos de verdad.
Como siempre dando en la llaga...
Besos
cualquier postura es deleznable si no incluye el respeto.
GRan blog. A los favoritos de cabeza. Espero conocer algun nuevo nombre en estas lineas.
¿conoces a hiromi uehara?
Muerte al gafapastismo, por dios.
Balhisay: bienvenido, lo primero. Lo segundo, suscribo todo lo que apuntas. Tercero: pelillos a la mar. Besos
Emilio: por criticar que no quede. A veces tocan tanto la moral...
José Miguel: todos tenemos algo de ello. Manque nos pese. La diferencia es que tú eres encantador y los true son bobos.
Anónimo: gracias. ¿Podrías firmar la próxima vez? Me gusta poneros nombre.
Darthcoli: Muchas gracias. Apuntada queda tu recomendación.
Bajo cuerdas: ¿a quién de mis blogueros torturas? Paciencia. Besos
Nada importa: muchas gracias por tu visita. Y enhorabuena por aquel premio. Besos
Seguimos en clave...
A veces no está del todo mal dárselas de talib si uno tiene vocación polemista, de lo contrario esto se acabaría demasiado pronto.
Un saludo inocente
P.S.: Ah, el batería del "Kind of Blue" fue Jimmy Cobb, claro... ^_^
Creo que estos gilipollas pueden decir todas las gilipolleces que quieran.
El jazz no es algo que se pueda juzgar. El jazz es de los que tocamos y de los que disfrutan escuchando.Un beso.