Una cita pendiente
Gracias a mi queridísimo Erradizo , me entero de que, este año sí, voy a ver a Lucille (y por extensión, a las manos que le arrancan sus aullidos). Hace años, cuando trabajaba en una emisora de radio de Carabanchel, un compañero me contó aquella historia. Estábamos elaborando la parrilla y, a los pocos días, venía a Madrid “El Rey del Blues” . Yo no pude verle entonces, ni siquiera en su regreso unos meses más tarde. La ausencia pecuniaria de la estudiante que era me alejaban de aquel escenario y de aquella guitarra. - ¿Sabes por qué se llama Lucille ? – me preguntó al tiempo que me ofrecía un cigarro. Yo no tenía ni idea. Y, aunque la hubiera tenido, siempre me ha gustado que me cuenten historias, cuentos, leyendas. De modo que le sonreí y le puse esa mirada de tontiloca ingenua y hambrienta de palabras. - Cuando era joven, B.B. King estaba tocando en un lugar llamado Twist Arkansas . Un pueblo de mala muerte. De esos en los que, si el músico la pifia, tiran botellines de cerveza con...