Pese a todo
Soy feliz, pese a todo. No pretendo trivializar. Pero es cierto que un día empecé a correr. Otro día corrí 30 minutos seguidos, sin parar, sin intervalos, sin caminar entre medias. Otro día terminé una carrera ¡de 10 Kilómetros! Y lo celebré como si hubiera ganado la batalla más dura. Y otro día correr 10 kilómetros se había convertido en un entreno normal, y ya no había necesidad de celebrar ninguna victoria. Y cuando haces estas cosas, cuando todo esto te pasa (a ti), eres feliz. Pese a todo.