Californication (I)
No es casualidad que el protagonista de Californication se llame Hank. Ni que fume y beba hasta lo políticamente incorrecto. Ni que sepa cómo partirle la cara a un pringao o hacer reír a una prostituta a la que no quiere pagar el servicio.
Tampoco es casual que el escritor "maldito" de la serie acudiera a Los Angeles por motivos de un trabajo cinematográfico. Ni que diga que nada en un mar de coños.
Se huele a Bukowski en cada fotograma de la serie. Se saborea a sus mujeres perdidas en las bellísimas y destrozadas mujeres que se follan a Hank.
"Pero son más guapas que las tías a las que se tiraba Chinaski", me dice el Hombre. El Hombre no entiende que, para el bueno de Chinaski, todas sus mujeres eran preciosas.
Joder, se echa de menos ese romanticismo de Bukowski, esa ternura del que daba un beso en la frente a la mujer_coño que debía volver a casa para cuidar a su hija sin padre conocido.
Hay una cosa más en la que sentimos a Charles. El protagonista de la serie trabaja escribiendo un blog, cosa que le repatea, le cabrea y le hace sentirse cómplice de una sociedad que se ha empeñado en cargarse su mayor seña de identidad: el lenguaje. Él se refiere a sustituir las "qu" por "k". Yo me puse a pensar en las personas mediocres que me he cruzado en los pasillos de la universidad o en la barra de un bar. Y también pensé en que si Bukowski hubiera vivido hoy, tendría un blog flamígero de sexo y vino barato de cartón.
Californication es un producto fílmico cojonudo. - Sí, utilizo fílmico porque, de un tiempo a esta parte, de lo mejor del cine se está rodando para ser emitido por televisión, le pese a quien le pese. - Pero, además, hacía falta que un guionista le hiciera un guiño a Bukowski.
Nos hacía falta más dosis de Bukowski (y nos sobraban tantos empachos de Noam Chomski y Al Gore...)
Tampoco es casual que el escritor "maldito" de la serie acudiera a Los Angeles por motivos de un trabajo cinematográfico. Ni que diga que nada en un mar de coños.
Se huele a Bukowski en cada fotograma de la serie. Se saborea a sus mujeres perdidas en las bellísimas y destrozadas mujeres que se follan a Hank.
"Pero son más guapas que las tías a las que se tiraba Chinaski", me dice el Hombre. El Hombre no entiende que, para el bueno de Chinaski, todas sus mujeres eran preciosas.
Joder, se echa de menos ese romanticismo de Bukowski, esa ternura del que daba un beso en la frente a la mujer_coño que debía volver a casa para cuidar a su hija sin padre conocido.
Hay una cosa más en la que sentimos a Charles. El protagonista de la serie trabaja escribiendo un blog, cosa que le repatea, le cabrea y le hace sentirse cómplice de una sociedad que se ha empeñado en cargarse su mayor seña de identidad: el lenguaje. Él se refiere a sustituir las "qu" por "k". Yo me puse a pensar en las personas mediocres que me he cruzado en los pasillos de la universidad o en la barra de un bar. Y también pensé en que si Bukowski hubiera vivido hoy, tendría un blog flamígero de sexo y vino barato de cartón.
Californication es un producto fílmico cojonudo. - Sí, utilizo fílmico porque, de un tiempo a esta parte, de lo mejor del cine se está rodando para ser emitido por televisión, le pese a quien le pese. - Pero, además, hacía falta que un guionista le hiciera un guiño a Bukowski.
Nos hacía falta más dosis de Bukowski (y nos sobraban tantos empachos de Noam Chomski y Al Gore...)
Comentarios
Besos, Olvido.
También estoy siguiendo Californication, y encuentro fantástica la osadía de la serie: ácida, irreverente, buenos diálogos... y sexo gratuito, que siempre te alegra los bajos (instintos). Y que homenajeen al GRAN Bukowski siempre es motivo de "honda satisfacción" para un fan como yo.
A ver quién será el próximo resucitado. Si puedo opinar, voto por el Salt Paradise de Kerouac.
¡Besos on the rocks!
besitos y a disfrutar del panorama
Y ya que hablamos de series recomiendo Deadwood. Un western de aire shakespeariano con el sello inconfundible de la HBO.