Necesitando esa gota de cerveza...


Tengo una compañera de trabajo que se ha hecho budista de medio pelo. En realidad, sólo es budista cuando un/a cabrón/a con pintas le hace alguna judiada (nota: ¡joder con las connotaciones del lenguaje!). Entonces, en lugar de mentarle a la madre que le parió (y hacerse ella mala sangre como acción colateral), le dice, desde su lejanía, "te perdono porque soy budista". Es otra forma de decir "eres imbécil como definición, que no como insulto, y te voy a perdonar porque ya bastante tienes con lo que tienes".

Almond me recordó el otro día, en un comentario inocente, tres días en los que me hice mucha mala sangre a mí misma. No quiero seguir hurgándome en la herida, porque ya no me queda saliva con la que curarla. Pero ya sabéis, Telentrada, saturación de líneas telefónicas, rellamadas constantes, mi dedo a punto de perder su huella dactilar, más saturación de lineas..., ergo entradas agotadas.

Entonces no pude decirle a la señorita que me atendió (¡¡¡TRES DÍAS DESPUÉS!!!) que la perdonaba porque yo era budista. Entre otras cosas, porque no lo soy. Bastante tengo con soportar la etiqueta conferida por un rito bautismal que no pedí...

Estamos en julio, con un calor que me derrite las neuronas. Me voy a hacer una camiseta que diga "Háblame despacio, soy rubia", porque me quedo muy aplatanada cuando tengo que subir a mi puesto de trabajo después de comer a la solana de Madrid. La desidia, la astenia, las ganas de una playita y de esa arena que se te cala por la piel, por los muslos y hasta por los senos. La necesidad de chuparme el brazo y que sepa a sal recién cogida. Mi reino por esa gota de cerveza (¡esa bendita gota de cerveza helada!) que se desliza desde la jarra congelada a tu barriga en el primer chiringuito con la que estrenas las Vacaciones y el Verano.

Y aunque quedan aún muchos días para perderme en una cala del sur, tengo unas cuantas alegrías para seguir sobreviviendo:

- Manolo ha vuelto (y sólo por eso valen la pena todas las esperas del mundo)

- Staccato está sano y salvo en casa (cuando vuelva a tener Emule, prometo compartirlo)

- Me ha llegado una camiseta que alimenta mi consumismo melómano.

- Y, además, me he comprado a Miles y a Bebo por 3€ en una superficie comercial. No sólo eso. También a Clapton (que lo tuve un día, lo dejé y nunca volvió conmigo), a The Commitments (nota: tengo pendiente un salmo a esta película), a Nat y a Nina por 4€. (O el mundo se acaba o he vuelto a hacerlo). En cualquier caso, seguimos on the road.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hostias mil,

Sorry. De verdad. No lo pillé... al silencio, me refiero.

Como dice un amigo recién converso al tequila, es un alivio ver que -a pesar de todo- continuas "alive and kicking".

Por cierto, increible la camiseta ;-)

Felices y merecidas vacaciones, wpa.
Ethaw ha dicho que…
Con cerveza y música en mis oídos, que venga el verano, que venga... aínda que por aquí sempre nos anda a chover.
Bicos.
Anónimo ha dicho que…
Me gusta tu manera de expresarte, me llamo Miguel y soy de Sevilla.

Me he leido alguno (pienso que todos) de tus blogs y coincido contigo, me gusta la buena música. ^^

Un saludo y buenas vacaciones (si no las has pasado ya)

Yo las pasaré en breve (mañana) iré a París.

See you girl ;)
Anónimo ha dicho que…
cuál es la diferencia entre la láger y la cerveza normal?

Entradas populares de este blog

365 días

Un poema

Johnny Staccato