Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2006

Los doce deseos para 2007

Imagen
Dentro de unas pocas horas, mi padre empezará a decir aquello de "a ver, ¿tenéis todos bien contadas las uvas?, que van a empezar los cuartos". Me equivocaré, como todos los años, y me comeré la primera uva antes de la primera campanada. Seguramente, no seré capaz de pedir los 12 deseos, porque me aturullaré y no seré capaz de hacer las dos cosas al mismo tiempo. Dentro de unas pocas horas, acabará un año que ha sido intenso, en todos los sentidos. Perdí mi trabajo de profesora, que me daba la vida. Estuve a punto de tirar la toalla con el hombre de mi vida atado a una hipoteca. Vi en directo a Kenny Barron , a Ron Carter , a los Blues Brothers Band , a Richard Galliano con Gary Burton , Al Foster , a Jerry González y a Dee Dee Bridgewater . Sentí, de nuevo, la pulsión escópica con Capote , Factotum , con La Dalia Negra, con Scoop , con Gracias por fumar , con El Señor de la Guerra y, por supuesto, con El Tigre y la Nieve . Me perdí en las palabras que me hubiera gustado escr

Cuento de Navidad en cinco capítulos

Imagen
-1- Anoche, las familias de bien, aquellas que se han creído eso de que no hay ningún tipo de crisis económica, ocupaban el centro de Madrid. Cerraban las tiendas, a las que habían ido, sin duda, a buscar a un Rey Mago que quisiera hacerse cargo de los deseos de los hijos, sobrinos, nietos o vecinos. Colapsaban las calles, con su felicidad navideña, aguantando las incomodidades con la dulce sensación de la musiquita de campanitas celestiales y las luces que adornan las calles en estas fechas. Era, pues, la típica noche navideña, de esas que son un lugar común en las películas hollywoodienses. Ya sabéis, de esas que se nos muestran con un dulce villancico jazzero_comercial de fondo. Imagen ralentizada. Una pareja de guapos sonriendo, cargados de bolsas y de paquetes, con la nievecita de papel cayendo ante los ojos del espectador. Si no hubiera sido así, este post no sería un cuento de Navidad en cinco capítulos. -2- Mientras un atasco humano saturaba el centro de la capital, un hecho in

Por el orgasmo global

Imagen
Los que lleváis leyéndome algún tiempo, sabéis que no me gustan las manifestaciones perroflautiles, en ninguna de sus acepciones: ni pseudofeministas por el derecho a ser mujer castradora, ni ecologistas por la prohibición de la carne a la brasa, ni pseudohippies por la posibilidad de llevar el tantan pegado al culo con superglue. También sabéis que me gustan mucho menos todas aquellas manifestaciones que tengan la posibilidad de ser retransmitidas por TelePP (también llamada Telemadrid): ni las de los cabezones unineuronales por poder llevar banderitas al Valle de los Caídos, ni la reunión de clero, Cope y fascistas varios para discutir, cual miembros de la Real Academia, la raíz etimológica de la palabra "matrimonio" o la irremediable segunda guerra civil a causa de quitar la religión de las escuelas. Odio las manifestaciones en cualquiera de sus acepciones. En primer lugar, porque creo que no sirven para nada. En segundo lugar, porque causan atascos humanos y eso conlleva

Sobre lo cojonudo que es vivir en Madrid (a pesar de Gallardón)

Imagen
Mis amigos de Madrid se olvidan, a menudo, de las ventajas que tiene esto de vivir en la capital del reino. Ni siquiera me refiero a los de tercera o cuarta generación (entre otras cosas porque creo que no conozco a ninguno). Me refiero a los amigos que aprendieron a decir su primera palabra (tal vez un balbuceo parecido a "mamá") siendo paseados en sus carricoches por la Gran Vía. Han pasado aquí toda su vida y asumen con normalidad y desinterés que haya cines en versión original repartidos por toda la ciudad. Ven normal que pueda verse "La Dalia Negra" a las 12.15 de la noche en versión original y que, al salir, se puedan hasta tomar unas cañas en un bar picalagartos y no en un "pub". Yo, que me crié en un pueblo en el que había un cine de una única sala y dos videoclubs, me sigo maravillando con estas cosas. No importa el tiempo que lleve aquí. Al final, siempre me queda la sensación de la magnanimidad de Madrid y la comparación odiosa con el pueblo de

Me he apuntado

Imagen
A los premios de los blogs de 20 Minutos . No voy a decir que no me gustaría ganar. Todos los que escribimos (en un blog, en un cuaderno de papel, en nuestro ego) soñamos con el triunfo. Supongo que todos habéis visto The Commitments (y si no, ya sabéis lo que toca) y todos os habéis reído con aquellas entrevistas ficticias que se autorealizaba el grandioso personaje de Jimmy Rabbitte . Los que escribimos también nos reímos, pero como se ríe uno ante una imitación demasiado cruel de sí mismo. De todas formas sí voy a decir que, más que con ganar, fantaseo con que me lean en 20 Minutos y a algún directivo se le ocurra contratarme para escribir sobre jazz, o sobre cine, o sobre mi ombligo. Eso sí sería un buen premio. Pero al margen de utopías ombligueras, quería escribir este post porque hay de plazo para apuntarse hasta el 20 de diciembre y, cuando pones jazz en su buscador, sólo aparecen tres blogs (y sólo uno va de jazz, el mío). Pues eso, amigos, que hoy tenía el día prepotente y me

Balada para mi muerte

De lo mucho que me gusta Astor Piazzolla , ya he hablado algunas veces. De lo buena que es Mina , ya han dejado constancia en Jácaras Reales . En cambio, de cómo conocí esta canción, no sé a ciencia cierta si he escrito alguna vez. No hace demasiado tiempo. Yo acaba de firmar mi primer contrato en la universidad en la que había estudiado y mi mejor amigo se matriculaba en el último curso. En algún momento, decidimos que sería una buena idea hacer un programa de radio no apto para los estudiantes hormonados ni para las niñas que fingían hacer una carrera. Cada semana cogíamos un tema y lo desarrollábamos con canciones, textos, fragmentos de películas... Era una culturetada en toda regla, pero había una sección en la que siempre ridiculizábamos a Ramoncín . Sólo por ella, merecía la pena hacer "Mientras el mundo duerme", que era el título del programa y un verso robado a Tom Waits . El primer programa iba a ir sobre la muerte. De modo que puse esa palabra en san emule y, cuando