C'est si bon




Hoy tenía yo el día "C'est si bon", que es una expresión francesa que viene a decir "Es tan cojonudamente bueno..."
Llevo ya unos días "C'est si bon". Ustedes que me leen, ya saben qué significa llevar unos días así. De pronto, las obras en la puerta de mi casa ya no son tan molestas. De pronto, ante un alumno tontorrón, en vez de enfadarme, sonrío y se me llenan mis 158 centímetros de paciencia y ternura.

Yo acuñé a mi vida la expresión "C'est si bon" tras conocer la canción de Louis Armstrong. Sí, ya sé, ahora me vendrán y me dirán que qué hago yo escuchando a Armstrong. Después del Be Bop, del Hard Bop y del Cool Jazz... ¿Qué hago yo recuperando a Louis?

Louis Armstrong me ha alegrado muchas mañanas de camino al trabajo. Me ha dibujado una sonrisa idiota tras un enfado entre amigos. Incluso muchas tardes de hastío enfermizo, Louis Armstrong ha aparecido en mi lector de cd para guiñarme un ojo y, con ello, ha conseguido convencerme de que moviera las caderas al son de su trompeta. Y por eso, porque me ha salvado de la apatía muchas veces, sin pedirme nada a cambio, no consentiré que me critiquen a mi querido Louis. Y me batiré en duelo, con un espadachín bien afilado, con quien ose negarle su importancia en la historia del jazz.

Su canción "C'est si bon", es mucho más que una canción. Es un tema que me da buen rollo, que ha pasado a convertirse en una forma de llamar a ciertos estados de ánimo. Es una melodía que me hace sentirme guapa y sexy. Es una voz que me llena de alegría. Es la canción que me hubiera gustado que me dedicaran, acompañada de un guiño sexy y una sonrisa hambrienta.

Esta mañana, en una superficie comercial, he visto un cd del trompetista. Una edición de esas cutres que sacan de vez en cuando. He mirado la lista de canciones. En el cuarto lugar, "C'est si bon". Me han entrado unas ganas horribles de escucharla en ese mismo momento. La ansiedad del yonki o la impaciencia del niño pequeño, no lo sé. Pero no me ha quedado más remedio que comprarlo. Ya en el coche, he abierto el cd, lo he metido en la radio y me he fumado un cigarro tranquilamente, con la sonrisa de mi día "C'est si bon" deslumbrando todo el parking (aunque creo que nadie ha visto esa luz aparte de mí)

Y ahí sigo, con mi día alegre, con mi nuevo cd en el reproductor de casa y con las caderas que se me van al ritmo de la trompeta de Louis Armstrong.

Comentarios

El Selenita ha dicho que…
Enhorabuena
Anónimo ha dicho que…
La trompeta de Louis entonando el chorus inicial del West End Blues; o, como diría Woody Allen, el solo de Louis en Potato Head Blues, "una de las pocas cosas por las que merece la pena vivir"; sus Hot Five, sus Hot Seven; sus All Stars; su orquesta o la de Luis Russell; sus duos con Trummy Young; sus duetos con Ella...

A mí que no me toque nadie a Louis, que también se las verá conmigo.

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